15.1.04
Mi amigo Toño me ha prestado dos libros.
Y si no fuera porque vive a más de once horas en avión desde mi casa, diría que lo hace porque es mi vecino.
Si no fuera que uno de ellos forma parte de una colección editada en el año 1952 pudiera yo suponer que lo hace de desprendido.
Para complicar aún más las cosas uno había sido de su padre y, como depositario del legado, he comenzado a sentir otra intensidad.
"Tengo algo para ti" dijo estirando las frases como acostumbra hacerlo en la misma forma en que disfruta de un puro.
Lo peor era que se trataba de un Stefan Zweig. Droga de la peor calaña para mi. La había probado la noche anterior y todavía estaba dando vueltas en mi cabeza cuando en su despacho me mostró apiladitos a unos cuatro o cinco ejemplares del autor. Y allí dijo: "te presto éstos dos". Y yo me quedé aturdido.
El Pepe Roldán volvió a mentir sobre las 12:01 p. m.
|

No sólo de sus huesos vive el perro...
Más mentiras del Perro en...
Enero 2005
Diciembre 2004
Noviembre 2004
Abril 2004
Marzo 2004
Febrero 2004
Enero 2004
|