15.12.04

Meanwhile, at work...
"El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido [la zorra]."
Por más que la miro, no logro creerla. Me mira y me habla como si fuese un auditorio repleto de público a su favor. Me cuenta como si fuese, yo, pequeño, iluso e infeliz bebé, a tomar su pecho y comer de él sin pedir más cuenta. Ella quiere que oiga sus palabras, ¡y que las crea!, mientras sus manos traen el diario hasta su mesa, su oído presta atención al teléfono, sus pies danzan locos hacia la puerta y su cabeza nunca llegó a tiempo a estar presente en la reunión. Ella, jefa de oficio, política de profesión, funambulista de lo público, prestidigitadora de la verdad, actriz de despacho, me regala su escenario de mentira una vez al mes y me pide que aplauda, pero aunque el papel se lo sepa, interpreta cada vez peor. ¿Hablar de trabajo, tan temprano, cuando puede leerse a Esopo?.

El Pepe Roldán volvió a mentir sobre las 4:30 a. m.