13.1.05
Lamentamos comunicar que hoy...
Si no fuese una trágica noticia la del
escape de gas en ese colegio, sería la noticia perfecta para un niño como
Calvin. ¿Te lo imaginas?. Tienes 8 años y vas hacia el colegio, andando, inmovilizado el cuello por la bufanda demasiado apretada, sin sentirte los dedos detrás de las manoplas que ya te están pequeñas y con las botas del año pasado torturándote sin compasión los dedos gordos de cada pie. De la nariz, roja por los dos grados bajo cero, te gotea un moco que tendrás ya pegado en la bufanda para el resto del invierno. Las vacaciones de Navidad acaban de terminar, los juguetes de los Reyes, recién estrenados, se han despedido de ti esta mañana con lágrimas en los ojos y pidiéndote que no los abandones. Con sueño, frío y tremendamente irritado, sientes que tu madre acabará por sacarte definitivamente el brazo derecho en el próximo paso de peatones y lo único que puedes pensar es la multitud de explosiones fortuitas que se producen por el mundo. Unas se producen cerca de colegios y otras no. Unas son en tu país y otras no. En algunas mueren profesores de colegio que ponen exámenes nada más terminar las vacaciones y en otras víctimas inocentes. En estas estás cuando, al doblar la esquina, no puedes creer lo que ves: ambulancias del SAMUR, policías municipales, el portero, su mujer, camillas, oxígeno, madres,... Y ese cartel, ese bendito cartel colgado en la ventana del despacho del director:
...que hoy NO HAY CLASES...
El Pepe Roldán volvió a mentir sobre las 8:40 a. m.