4.1.05
      
   
A partir de mañana ya no voy a ...
Ayer, primer día de trabajo del año, tuve que ir saltando buenos deseos , actos de contricción y nuevo propósitos. En la cinta del gim había cola, para no pedir la vez me fui al parque de abajo, con su medio kilómetro, lo encontré saturado de gotas de grasa de turrón (casi resbalo en dos) y un atasco de toses y resuellos en la subida. De vuelta a la ducha, barrí unas cuantas etiquetas de ropa deportiva y bolas de pelusa de toallas recién estrenadas.  Mi primo, el del estanco, había vendido hasta ¡¡¡tres!!! paquetes menos, a la verdulera no le quedaban espinacas, la farmacia tenía un cartel colgado: 
No nos quedan botes de perlas devoragrasa. Los garages, limpios, los álbumes de fotos, ordenados cronológicamente, lucen en las estanterías. Un año nuevecito, por estrenar, en limpio, como un cuaderno en blanco, de anillas y sin rayas... No habrá que quitar ojo a los codos que rondan el tintero para chafarlo todo...
El Pepe Roldán volvió a mentir sobre las 5:29 a. m.